Ya estoy aquí, bueno siempre he estado aunque me haya costado tanto escribirte esta carta, pero pienso que las cosas importantes llevan su tiempo y se deben de hacer cuando a una le nace del corazón.
También decirte que gran parte de culpa la tiene tu TÍA ROCÍO, que es la que me está alentando durante todo este proceso taaan largo y por donde pasas tantas emociones desde una inmensa alegría , paseándote por la incertidumbre , la desesperación, inquietud y muchas más, para que digan luego como dicen algunas personas que tener un hijo de "esta manera"es muy sencillo sin sufrir . ¡Que sabrán! En tres años y pico te da para todo, el dolor psicológico es mayor que el físico y éste es el nuestro, además si es tan sencillo ¿por qué no lo hacen?
Queremos tu papá y yo tener un hijo y lo tendremos porque lo deseamos y con el mismo principio que el de los padres biológicos ¿ Dónde está la diferencia? Tendemos a complicar siempre las cosas incluso las más insignificantes. Simplemente tenemos tanto amor que sería un gran desperdicio que no lo compartiéramos contigo hijo mio.
Y después de ésta reflexión que me ha servido de desahogo, mami va a coger carrerilla para contarte muchas cosas bonitas , incluso alguna que otra historia verdadera que me gustaría que supieses.
Un día cualquiera ,donde el sol intentaba asomar sus primeros rayos amarillentos a través de una gran nube de algodón , sonó como de costumbre un timbre a las dos en punto. De repente otro ruido más ensordecedor si cabe pero mucho más explosivo y mágico se apodero del patio del colegio . Cientos de niños corrían de un lado para el otro entre los árboles llenos de alegría porque sabían que otro día de colegio se había acabado.Poco a poco el bullicio de tantos pequeñuelos iba desapareciendo quedando como casi siempre algún que otro niño rezagado que se entretenía más de la cuenta incluso observando el vuelo de una mosca juguetona ;Entre ellos estaba ella,una niña pequeña y muy delgada pero que no dejaba de sonreír casi nunca. Era feliz se le notaba enseguida que disfrutaba de todo lo que ocurría a su alrededor,de la escuela,de los árboles que se mecían con el susurro del viento,del cielo azul despejado,con sus amigos...pero había una cosa que le encantaba ,la vuelta a su casa . Era especial porque ella hacía que lo fuese.
Con su cartera marrón llena de tremendos libros y cuadernos que abultaban más que ella se encaminaba con paso firme pero muy lentamente al camino que le llevaría a su casa,un largo sendero de tierra que atravesaba el campo,podía perfectamente coger otro mucho más llano y de fácil acceso ,vamos ,por donde iban todos los demás pero entonces no sería lo mismo.
Le gustaba coger moras de los zarzales escogiendo entre todas las más buenas y maduras normalmente no llegaban a casa porque se las comía antes de llegar a ésta , con la consecuencia de que luego cualquiera se comía las alubias que le tenia preparada su madre , la cual las pasaba negras un día sí y otro también porque su hija no era muy comilona que se diga y encima alubias , si por esa chiquilla fuese se hubiese criado a base de leche y queso,cuanto más duro mejor,aunque cuentan por ahí que más o menos fue lo que pasó.
Otra de sus pasiones era corretear entre las huertas llenas de lechugas,tomates y demás hortalizas que cuestan tanto ver ahora en estas ciudades tan grandes y en donde los únicos parques que tenemos está prohibido jugar con la pelota,pasear en bici, o sea ,los niños sentaditos que están más guapos,perdón que me salgo de la historia .
Los charcos no había ninguno que se le resistiese ,unas buenas botas y a correr,coger los higos de las higueras,jugar con su ovejita Lucero,sus conejitos,pero eso sería más tarde en la huerta que tenía su gran papá al que quería con locura y que seguramente hoy es el día que lo quiere aún mucho más que entonces,pero si hay algo de lo que nunca podía desprenderse era de una cajita que llevaba en el bolsillo del abrigo que estaba vacía al salir de clase pero que se iba llenando durante todo el camino de unos animalitos muy pero que muy pequeñitos de color rojito o naranjita con motitas negras como puntitos.Cuando juntaba unos pocos y se acercaba el final del sendero abría la cajita con mucho cuidado y se embelesaba viendo como salían unas detrás de otras abriendo lo que parecía un caparazón y echaban a volar sus amigas las mariquitas,pidiéndolas buenos deseos para ella y su familia.
Pues bien esa niña feliz soy yo tu mamá , quién me iba a decir a mí que unos cuantos años más tarde una de esas mariquitas me van a llevar hasta ti, te deseo desde el primer día y te querré cada segundo un poquito más,espérame no te arrepentirás y podrás vivir una historia tan maravillosa como la que viví yo junto a mis cariñosos padres,todo amor para sus hijos,como el que intentaremos darte tu papá y yo .
Besos y Achuchones de mama
5 comentarios:
Que bonito Ro y lleno de sentimientos como todo lo que escribes.
Quería decirte que puedes pasar por mi blog a recoger algo para tí.
Un besazo.
Jennifer
Muchas felicidades!!
Felices fiestas, Ro, las últimas sin tu sobrinit@!!
Un abrazo
Mar
Que bonita historia! y mejor final para los papás...y para la pequeña o el pequeño que allí en algún lugar de la gran China os espera impaciente,....Si yo fuese él/ella no podría dormir pensando que venís a buscarme..
Gracias x compartir la hª y todo lo demás,,,tú sabes.
Muchos muxus.
P.(utilizando la identidad de ro)
Hoy voy de emoción en emoción....que llorera otra vez...!! Esta carta es maravillosa con tantas emociones, sentimientos, sensaciones. Realmente tanto los padres como el pequeño Hu serán muy afortunados.
Gracias por compartir estos tesoros con nosotros.
Un beso y achuchones.
Hola "hermana de Rocío", soy una compañera de foro de Rocío y ayer le conté lo mucho que me afectó positivamente leer tu carta, la carta a tu hija. Yo escribía hasta ese momento un diario de los de antes (y desde hace más bien poco, igual que entré en el foro hace muy poco también), escrito a mano,con sus dibujitos y notas pegadas, pero nunca le hablaba de tú a tú a mi hija...hasta que leí tu carta y me dí cuenta que era el momento de dejar de hablarle al aire. No sé por qué... creo que me ví reflejada en tu historia y pensé que yo tenía que escribirle algo así a ella también. Y esa noche me quedé hasta las mil contándole muchas historias parecidas a la tuya. Muchísimas gracias por darme ese empujón.
Un beso, Rebeca (en un mes en Nanchang!!!)
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