Si no hay preguntas, no hay respuestas, reza el antiguo adagio. Pero, a menudo, el maestro responde de un modo inesperado para el discípulo, rompiendo así sus viejos patrones y esquemas.
Maestro y discípulo estaban reunidos. El discípulo estaba anhelante por obtener alguna instrucción muy especial, fuera de lo corriente, tal vez algún método secreto o alguna clave iniciática. Pero los maestros de la tradición Chan no se pierden en abstracciones.
-¿ Que es la verdad, maestro?
- La vida de cada día.
- En la vida de cada día- protestó desilusionado el discípulo- sólo se aprecia eso: la vida vulgar y corriente de cada día, pero la verdad no se ve por ningún lado.
-Ahí está la diferencia- replicó el maestro-, en que unos la ven y otros no.
Relato sacado del libro "101 Cuentos Clásicos de la China" de Chang Shiru y Ramiro Calle
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La diferencia en estas últimas asignaciones ha sido de dos días ( cuatro si cuentas el fin de semana) ¿Y qué es la verdad?
-La verdad es que ha dolido mucho que unicamente hayan sido solo dos dias.
-La verdad es que nos esperabamos ese avance tan prometido en las asignaciones.
-La verdad es que cada día se hace más dura la espera.
¿Pero sabes mi pequeño Hu lo que es realmente verdad?
-La verdad para mí es la vida de cada día. Mi vida en la que tu ya existes, en la que no hay momento en que no aparezca tu nombre o pensamiento para tí.
-La verdad es que allí estas tu, esperandonos con la misma incertidumbre y que algun día estaremos todos juntos.
4 comentarios:
Gracias por estar ahí, Rocío.
Un besote!
Mar
Rocío, tus palabras me han animado. Precioso el cuento, para esta situación nos va que ni pintado...
Un besote cariño ;-)
¡Que hay que ver el vaso medio lleno! Ya estáis en la recta final. Besitos
Hola Rocio,
El cuento es muy bonito.
Gracias por tu apoyo constante.
A ver cuando hablamos otro día!
Un saludo
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