martes, 27 de mayo de 2008

El Pequeño Hu y la luna

En una noche clara, la luna se entretenía jugando con un enorme ovillo de hilo rojo cuando escuchó unos sollozos que parecían provenir de entre los arrozales. Allí escondido se encontraba Hu, un pequeño que vivía a pocos metros en la casa de la alegría. Sin embargo, aquella noche el pequeño Hu no parecía estar contento sino más bien triste y desolado.

-¿Qué te pasa pequeño Hu? ¿ A qué se debe tanta lágrima?
-Estoy triste porque nadie me quiere. Todos los niños de la casa de la alegría tienen por las noches unas cartas maravillosas que les llegan desde el cielo. Incluso el pequeño Xua se duerme con el beso y las nanas que le canta su madre desde el otro lado del río.
- Ay pequeño Hu, pensé que ya lo sabías - dijo la luna
-¿ Saber qué? dímelo, dímelo, luna sabia.

- Todas las noches, los niños de la casa de la alegría se dirigen hacia el río amarillo para recoger los sueños, deseos, besos y caricias de aquellos que les esperan al otro lado del río.
-¿Y yo también puedo ir, luna sabia?
-Por supuesto que sí, pequeño Hu. Seguro que te estarán esperando miles y millones de besos desde el otro lado del río.
- Gracias luna sabia por tu ayuda, me has hecho feliz de nuevo.
-Aquí estoy siempre que me necesites.
-Adiós, me voy corriendo pero antes te podría preguntar algo?
-Claro pequeño Hu pregunta, pregunta..

- ¿ Por qué juegas todas las noches con un hilo rojo?
-Mi Querido Hu, esa es una gran pregunta. Lo que ocurre es que se trata de una historia muy larga, y ahora debes irte.Pero no te preocupes, ven otra noche a visitarme y te la contaré.